Publicado por Carmen Martín 6 de octubre de 2010

Sicilia el granero de roma

Publicado por Fran Ormad (Chiwaka)

Historia de Sicila

Cleandro e Hipócrates de Gela

Cleandro e Hipócrates fueron dos hermanos, hijos de Pantares, que ganaron las carreras de caballos en los juegos Olímpicos del 512 a.C. y del 508 a.C. Salvo Falaris, sus predecesores no fueron destacados. Éste fue una figura mítica de extremada crueldad que consiguió hacerse con el control de toda la isla siciliana, pero fue depuesto por una rebelión, y quemado vivo.

Cleandro gobernó antes que su hermano, pero apenas se sabe algo sobre su ascensión al trono. Sería asesinado en el 498 a.C., y le sucede su hermano. Tras el asesinato de Cleandro se dio una guerra civil a la que Hipócrates tuvo que hacer frente, apoyado por Gelón, el comandante de la caballería.

Hipócrates inició un proceso de conquista para por el noroeste de la isla, expandiendo Gela, ampliando el ejército, especialmente la caballería. Sus tropas incluían tanto sicilianos como griegos. Pronto conquistó Mesina, Naxos, y Leontino. Justo en esos momentos se estaba dando la Revuelta Jonia en contra del poder persa. Con ello, los jonios refugiados comenzaron a emigrar a Sicilia, y a asentarse, fundando una colonia no muy lejos de Himera.

Hipócrates dejó al mando de Mesina a Escitas. Ahora esta ciudad estaba gobernada por un poderoso soberano (Hipocrates), y Anaxalio, tirano de Rhegio debía ser precavido ante la situación. Sabía que Mesina estaba débil militarmente, y persuadió a los jonios y samios para que la tomasen.

Hipócrates arrestó a Escitas por su error, y dejó Mesina en manos de los samios. Escitas escaparía y se refugiaría en la corte persa.

Ahora Hipócrates se disponía a conquistar Siracusa. Mientras tanto, Anaxalio repobla Mesina con mesenios del Peloponeso y con gentes de su región, y es ahora cuando le da su nombre (antes se denominaba Zancle).

Siracusa estaba dirigida por los Gamori, una oligarquía que fue depuesta debido a la revuelta democrática del 486 a.C. Tiempo después es cuando Hipócrates conquista la ciudad en la batalla del río Heloros, pero se vio obligado a establecer una paz equitativa debido a la intervención de Corinto y Corcira.

Gelón de Gela

Debía proteger a los herederos, hijos de Hipócrates, pero el pueblo, harto de esta familia, se rebeló. Gelón intervino en el suceso alegando su apoyo a los jóvenes, pero en lugar de ello abarcó el poder con la ayuda del ejército. Se convertía pues en el tirano de Gela.

Tras ello ayuda a los Gamori a restablecer su gobierno en Siracusa, capturando la ciudad. Pero la realidad fue que él mismo se hizo tirano de la misma, y deja a su hermano Hierón al cargo de Gela.

Trasladó la mitad de la población de Gela a Siracusa, y destituyó a los aristócratas de Camarina. Esta población recibió la ciudadanía.

Continuó con el expansionismo inciado anteriormente, conquistando Eubea y Megara Hyblaea. Destituyó a la aristocracia de estas ciudades y la envió a Siracusa. Esclavizó al resto de la población y los envió fuera de Sicilia.

Siracusa se convierte en la principal ciudad de Sicilia con el gobierno de Gelón. Mediante grandes obras públicas, el tirano construyó un ejército mercenario. En dicho ejército había tanto siracusanos como griegos, y recibieron todos por igual la ciudadanía siracusana. Estos soldados llegaron a ser diez mil aproximadamente. Gelón se convertía en una personalidad muy poderosa, una de las mayores en toda Grecia.

Se alió con Therón, tirano de Agrigento, tras casarse con su hija Demareta. En 481 a. C., emisarios atenienses le piden su ayuda en las Guerras Médicas, pero este no aceptaría a no ser que se le nombrara comandante de la flota o el ejército. Esto se le negó, y Gelón no ayudo a los griegos en la contienda.

Tras ello, los cartagineses invaden Sicilia en el 480 a.C. Therón de Akagras, que había derrotado al tirano de Himera, Terilo, proclamó Sicilia totalmente independiente de los púnicos. Pero el tirano acudió a Cartago para recuperar la ciudad, y los cartagineses aceptan, ya que es una buena ocasión para expandirse, debido a la presión persa que los griegos sufren ahora.

Se da el desembarco de Palermo, desde donde los cartagineses avanzan hasta Himera, comandados por Amílcar Magón. Al enterarse de ello, Gelón acude al encuentro con los mismos.

Haciéndose pasar por selinos, las tropas de Gelón penetran en el campamento cartaginés. Tras ello se desencadena una batalla que supondrá la victoria para Gelón.

Gran parte de las riquezas obtenidas tras la batalla se destinaron a la construcción de un templo en Siracusa, y otros nuevos santuarios en Grecia.

Tiempo más tarde se presenta en Siracusa desarmado, y les dijo a sus gentes que podían matarlo si no veían correcta su conducta, por lo que el pueblo le aclamó y acepto como tirano (fue un claro acto de propaganda). Con ello, continuo su soberanía hasta morir de fiebre.

Hierón I

Era el hermano de Gelón, a quien sucedió como gobernador de Gela en el 485 a.C. cuando éste se hizo tirano de Siracusa. Apoyado por Theron sucedió a Gela como tirano de Siracusa tras la muerte de éste.

Cuando Himera, aliada con Cartago, se rebeló contra Therón de Akragas, Hiero ayudo al mismo a sofocar la revuelta.

Durante su gobierno Siracusa vio llevada a cabo una gloriosa política expansionista, llegando a arrebatar casi toda Sicilia a los cartagineses, aprovechando la victoria de su hermano en Himera. Al igual, se buscaría un lugar de intervención en el sur de Italia, cuando apoya a Locri en su lucha contra Anaxilas, y posteriormente a Laos contra Crotona.

En la batalla de Cumas en el 474 a.C. derrotó a la flota etrusca, que se había aliado con Cartago. Tras ello funda una colonia en la isla de Ischia.

Cuando muere Therón de Akragas finaliza la alianza entre Siracusa y Akragas, lo que desembocaría en la caída de la tiranía de Agrigento. Sin embargo, Hiero continúo gobernando todas las ciudades griegas sicilianas, y formó una alianza con Mesina (la antigua Zancle). Llevó a cabo una política de deportación y repoblación similar a la se su hermano, desplazando Leontino, y refundando ciudades como Catania, la cual pobló con diez mil mercenarios aproximadamente. Esta ciudad sería la futura sede de su hijo Deinomenes.

Fue un defensor del arte, acogiendo a filósofos y poetas en su corte, como fue el caso de Esquilo y Píndaro, entre otros. A su muerte en el 467 a.C., sería sucedido por su hermano Trasíbulo.

Lucha entre Siracusa y Leontino

Siracusa invade Leontino en el 427 a.C. ante ello, Leontino pide ayuda a Atenas, que se encuentra en plena guerra del Peloponeso. Aún así, envía una pequeña fuerza, ya que, según Tucídides, quería tener la situación de Sicilia más o menos controlada, y evitar que ella mandase refuerzos a Esparta, quien anteriormente pidió ayuda a algunas ciudades sicilianas.

No se sabe cuánto duró el conflicto. En el bando de Siracusa se encontraban Himera, Gela, y Selinus, y en el de Leontino Camarina, Catania, y Naxos. Akragas decide mantenerse neutral, aunque no se sabe bien por qué. Rhegio apoyó a Leontino, y Locri a Siracusa.

En el 424 a.C. se convoca un congreso en Gela, donde se pide paz. Hermócrates, gran personalidad siciliana de este periodo, justifica este llamamiento aconsejando a los sicilianos a unirse y estar atento de las pretensiones atenienses. Leontino y Siracusa lo aceptan, y la lucha termina.

Incursión ateniense

Selinunte y Segesta entran en guerra por disputas territoriales. Siracusa apoyaba a Selinunte, y Segesta pide ayuda a Cartago. Sin embargo, Cartago no le responde, así que decide pedir ayuda a Atenas, basándose en su antigua alianza.

Atenas envía una delegación para contemplar la situación, y luego la retira, provocando el malestar de Segesta. Esto se da por que Atenas ve una situación propicia para invadir Sicilia, según argumentaba Alcibíades, y se organiza una armada, enviada a Sicilia en el 415 a.C. Lo que no sabían es que acabaría en desastre.

Comienzan atacando Siracusa, obteniendo la victoria en el puerto grande, pero debido a la llegada del invierno, Nicias hace a las tropas retirarse a Catania, en lugar de avanzar.

Al año siguiente desembarcan y comienzan ocupando Epípolas, continuando hasta Sice, y comenzando su asedio, que acabó en éxito. Sin embargo, el asedio de Siracusa se vio interrumpido por la llegada de los espartanos, comandados por Gilipo, que venía en ayuda de los siracusanos. Éste logra cortar las comunicaciones atenienses, fracasando el sitio de la ciudad, y logrando el desabastecimiento de la flota ateniense. Ante ello, Nicias, comandante ateniense, solicita refuerzos para continuar el avance.

La flota ateniense es atacada, y de no ser por la llegada de Demóstenes habría sido vencida. Ahora que llega dicha personalidad, los ateniense se centran en recuperar posiciones, pero Gilipo ya había reforzado las ciudades que antaño tomaron los atenienses. El intento de recuperación traería consigo grandes pérdidas, lo que hace ver a Demóstenes el fracaso absoluto, y retirarse, aunque otro líder militar, Nicias, continúa el avance. Sin embargo, ahora los siracusanos habían tomado la iniciativa, y las fuerzas atenienses se vieron muy afectadas, viendo su flota destruida prácticamente.

Los atenienses se retiran tras ello, pero cuando llegaron a Anapos un contingente de siracusanos les impidió el paso. Intentaría huir igualmente por los ríos Cacyparis y Erineos, pero eso no evitó que siete mil de ellos fuesen hechos prisioneros.

Invasión de Cartago

En el 410 a.C. tras haber finalizado la expedición ateniense, Selinunte reanuda el ataque a Segesta, quien de nuevo pide ayuda a Cartago. Pero esta vez Cartago acudió a la llamada de su vecina, y su avance sería devastador para los atacantes. Tanto Selinunte, como Himera y Agrigento serían destruidas por las fuerzas atenienses. Ante estas victorias, los cartagineses se plantearon la conquista de la isla, aprovechando la oportunidad.

Un siracusano, llamado Dionisio, se hizo con la tiranía de Siracusa aprovechando la ocasión. Convirtió Ortigia en una fortaleza, siendo allí donde estableció su resistencia contra las tropas púnicas (en la acrópolis, más concretamente). Conseguiría victorias sobre los cartagineses que le permitirían avanzar hacia el oeste de la isla, pero tendría que retirarse de nuevo.

Debido a una epidemia, los cartagineses se encontraron con grandes bajas y pérdidas, ocasión que Dionisio aprovechó para atacarles, destruyendo una parte considerable de su flota, y obligándoles a retirarse.

Los cartagineses se tuvieron que retirar de Siracusa a causa de una epidemia de peste y tuvieron muchas bajas y enseguida Dionisio atacó a los asediadores, destruyendo buena parte de su flota, y obligándolos a hacer una retirada definitiva.

Dionisio I

Esta personalidad aparece cuando se dan las primeras derrotas durante la invasión de Cartago, aprovechando la indignación general para aparecer públicamente. En asamblea, sugiere condenar a los generales que consintieron dichas derrotas, y establecer nuevos. Aunque en un inicio la idea se rechazó, se acabaría aceptando, y entre los nuevos generales estaría el mismo Dionisio. Su popularidad aumentó al igual cuando se apoderó de algunos bienes de la élite, y los reparte entre el pueblo.

Después de volver de Gela, donde detuvo parte del avance púnico, consiguió en asamblea obtener plenos poderes como único estratego, destituyendo a los demás, y consiguió posteriormente una guardia personal. En el 405 a.C. se hace con el poder de Siracusa como tirano.

Entre el 398 a.C., y el 396 a.C., Dionisio dirige la primera guerra contra Cartago (ver el apartado 1º Guerra contra Cartago, descrito más abajo).

Tras obtener la tiranía, decide restaurar la hegemonía siracusana, pero se da una sublevación del pueblo siracusano, que no apoyaba al tirano. Dionisio reclutó un ejército de mercenarios con los que puso fin a la sublevación. Posteriormente, siguiendo con su empresa, tomó Naxos, Catania, y Leontino. Ante ello, Mesina y Reghio deciden atacar a Dionisio, pero solo consiguen fracasar.

Entre el 397 y el 392 a.C. Dionisio comienza una nueva lucha contra Cartago, decidió a expulsar a los púnicos de la isla. Se apoderó de los bienes que había dejado en Siracusa con el anterior conflicto, y logró capturar Motya, principal base cartaginesa en Sicilia (la cual arrasó de una forma brutal). No obstante, los cartagineses contraatacan, comandados por Himilcón, tomando Mesina y venciendo a Dionisio, que ha de cobijarse en Siracusa. Lo púnicos se deciden a sitiar la ciudad, pero otra epidemia los hace retroceder, y el conflicto finaliza por el momento.

Ahora, Dionisio aumenta su influencia hasta el Adriático, extendiendo su poder hasta la Magna Grecia. Captura Reghio en el 386 a.C., y en la guerra del Peloponeso apoya a los espartanos, proporcionándoles mercenarios. Siracusa alcanza su momento de mayor esplendor.

Con todo ello, el tirano se decide a conquistar todo el mar Jónico, algo que a Esparta no le agrada. Por ello interviene en cuanto puede, bajo el mando de Agesilao, y hace fracasar las expectativas de Dionisio.

De nuevo, se da un nuevo enfrentamiento entre Dionisio y Cartago, entre el 383 y el 378 a.C. cuando el tirano decide extender su dominio sobre toda Sicilia, tratando de tomar la ciudad de Segesta, que estaba bajo dominio púnico. Los cartagineses saldrían victoriosos del conflicto.

Dionisio fomentó la producción de armas, dándose nuevos inventos armamentísticos, según Diodoro Sículo, y además reforzó el ejército. Moriría en el 367 a.C., posiblemente envenenado durante un banquete.

1º Guerra con Cartago

Dionisio firma un tratado con Cartago donde le reconoce sus conquistas en Sicilia. Esto la da tiempo para fortificar Siracusa, y reorganizar un poderoso ejército. En el 398 a.C. decide atacar y acabar con la presencia cartaginesa en Sicilia. Pero esta empresa no fue fácil. Ya había fracasado en la protección de Gela y Camarina, y los estrategos casi logran destituirlo. Con la ayuda de os espartanos, el rey conseguiría acabar con la conspiración de los mismos.

Aprovechando la epidemia que los púnicos sufrían, decide firmar una primera tregua, otorgándoles la parte occidental de la isla. Así, conseguía expulsarlos de Sicilia central, avanzando hasta la base púnica en Motya. Pero Cartago, reforzados con nuevas tropas, toman Motya y hacen retroceder a Dinonisio hasta Siracusa. Se firma una paz en el 392 a.C., donde se reconocen las conquistas de Cartago en la Sicilia central. No obstante, esto le sirvió a Dionisio para fortificar Siracusa.

Dionisio II

Hijo de Dionisio I, asume el gobierno cuando muere su padre, bajo la tutela de su tío Dión. Fue quien se vio obligado a firmar la paz con Cartago ante las derrotas de su padre.

Era de menor capacidad política que su padre, y su vida estaba muy caracterizada por el vicio, lo que hizo que su tutor trajese a Platón a Siracusa. Entre ambos (Dión y Platón) intentan reestructurar el gobierno. Pero esto no agradó a Dionisio, que procedió a exiliar a su tutor, y vender sus posesiones. Pero sin Dión, la incompetencia de Dionisio hizo que su gobierno fuera muy impopular.

Dión formó una armada, apoyado por distintas ciudades griegas, y regresa a Sicilia, y logra tomar la ciudad de Siracusa, aprovechando que Dionisio se encontraba fuera. Dionisio intentaría recuperarla mediantes ataques y tratados que resultaron en vano, y se vio obligado a exiliarse a Locri, donde se convirtió en un cruel tirano.

Sin embargo, en el 354 a.C. Dión es asesinado, y Dionisio regresa a Siracusa, pero varios años más tarde, pero jamás dejó de ser impopular.

Muchas ciudades se desentendieron de Siracusa, formando sus propias tiranías, y se negaban a reconocerlo como rey. Siendo así, se alían y se levantan contra Dionisio, justo en el momento en el que Timoleón invade Sicilia.

Dioniso se rinde, y se marcha a Corinto, donde murió en miserables condiciones.

Timoleón

Se había visto obligado a abandonar durante largo tiempo la vida política debido a la impopularidad que su familia le suscitó. Sin embargo, sería posteriormente nombrado por la asamblea popular para acudir a la llamada que Siracusa hizo a Corinto, ya que estaba muy presionada por fuertes impuestos, y los déspotas locales conjuraban con los cartagineses.

Sus victorias sobre los tiranos de Siracusa (Hicetas) y otras ciudades como Leontino, lo hicieron convertirse en el amo de Siracusa.

Llevaría a cabo obras de construcción y reconstrucción, y asentaría a nuevos colonos de Grecia en la ciudad. Estableció un gobierno popular basado en leyes democráticas, y fue muy aceptado y reconocido por todo ello.

Pero Hicetas convenció a los cartagineses para desembarcar en Sicilia, yendo Timoleón con un ejército al encuentro de los mismos, obteniendo la victoria en Crimiso, y logrando varios años de paz.

Timoleón se retiraría de la vida pública cuando éste estaba ya afectado físicamente, aunque seguía siendo un referente político, y seguía expresando su opinión en las asambleas. A su muerte, los siracusanos pagaron su funeral y construyeron un monumento en su honor.

Agatocles

Bajo la protección de Damas, se convirtió en un hombre rico e influyente, alcanzando cargos militares. Timoleón no logró solucionar los enfrentamientos entre oligarcas y demócratas, donde é se mostraría neutral, aunque finalmente en contra de los oligarcas.

Tras regresar de campaña militar, con un golpe de Estado apoyado por su ejército se hace con el control de Siracusa de forma violenta en el 317 a.C., donde se presentaba como restaurador de la democracia.

Los primeros años de su gobierno fueron de carácter popular, concediendo repartos y distribución de tierras, y abolición de deudas. Los oligarcas exiliados consiguieron el apoyo de algunas ciudades, como Akragas, temieno que Agatocles extendiera su poder por toda Sicilia. Con la ayuda adicional de Cartago, consiguieron arrinconar a Agatocles en Siracusa. Éste responde llevando al guerra a África, lo que, para obtener recursos, le hizo recaudar mayores impuestos y confiscar bienes a sus adversarios.

Inicialmente, sus éxitos en África fueron muy sorprendentes, conquistando ciudades importantes, y teniendo en jaque a Cartago. Pero Siracusa seguía acusada por cartagineses y oligarcas, y la situación era fatídica. Ante ello, Agatocles deja a su hijo en África, y obtiene una gran victoria sobre oligarcas y púnicos. Pero de regreso en África se encontró con su hijo muerto, y su ejército destrozado, y se vio obligado a firmar una paz con Cartago.

A su vuelta, reafirmó su postura como rey de Siracusa, inmerso en el nuevo ámbito helenístico. Sería asesinado por orden de su nieto en el 289 a.C., pues éste estaba temeroso de no ser elegido sucesor, pero moriría por el mismo asesino al que mandó.

Destrucción de Gela en el 269 a.C.

Después de su independencia como ciudad siciliana, la primera noticia que tenemos de ella es cuando se encuentra en manos del déspota Fintias, que funda una nueva ciudad a la que da su nombre en la desembocadura del río Hímera. Para poblar dicha ciudad hizo salir a los ciudadanos de Gela, e instaurarse en la suya. Para evitar el regreso a Gela de los mismos, la destruyó.

Pirro en Sicilia

La hija de Agatocles, Lassana, se casó con Pirro, rey del Epiro. Éste había venido a Sicilia a ayudar a los siracusanos a luchar contra los cartagineses, que seguían acosando a la ciudad tras haber muerto Agatocles, y para ayudar a los sicilianos en general, que también sufrían el acoso de los púnicos. Sus victorias militares le hicieron conquistar toda la isla, salvo Lilibea. Su objetivo era unificar la isla con Italia, y con su propio reino, pero fracasaría. En el 275 a.C., poco después de dejar Sicilia al ver frustradas sus expectativas en la zona, vence a Roma en la batalla de Benevento.

Publicado por Fran Ormad (Chiwaka)

Dominación romana

El historiador siciliano Diodoro, realiza esta afirmación: Sicilia es la más noble y bella isla, en cuanto puede contribuir muy significativamente al crecimiento de un imperio. Escribe en el transcurso de la 2ª mitad del siglo I a. C. cuando el proceso de expansión de roma en el Mediterráneo y la ordenación en provincias de la conquista eran aún en vía de completarse, estas palabras desde una óptica retrospectiva atribuyen a Sicilia un rol primario en la formación del imperio de Roma. De hecho a fines de la primera guerra púnica, Sicilia entró a formar parte como primera provincia, llegando a representar una importante base para la futura conquista de África y especie de laboratorio en cuyo Roma podrá experimentar la forma de dominio que irá aplicando sucesivamente en las tierras de su dominio.

264- Ponen por primera vez pie los romanos en Sicilia con un ejército. En función del tratado de Roma y Cartago, Italia era la zona de influencia de Roma y Sicilia la zona de influencia de Cartago. Casus Belli: pretexto mamertito. Mesina es atacada por los mamertitos, Mesina pide ayuda a Cartago y los mamertitos a Roma.

La guerra estalla en el 264. Roma desembarca en Sicilia utilizando los barcos griegos. Intervienen en Mesina, desembarcando las legiones. Intervención de Roma en sicilia viene según el clásico modelo de la demanda de ayuda a una gran potencia por parte de uno de los contendientes en conflicto.

262- Roma comienza por una estrategia de asedios de ciudades. Conquistó y saqueó Akragas (Agrigento), ciudad aliada de los cartagineses.

260- Vence a la flota púnica en las aguas de Milos. Primera victoria naval de Roma.

255-254 – Desastres navales de Roma. Flota romana destrozada, derrota que viene por la confianza que tienen tras la victoria en Milos. Desastres de Camarina (255) y Palindro (254).

241- Roma reorganiza la flota. Los romanos vencen en el 241 en las Egotes por el sistema de los cuervos. Se firma la paz de Licinio Catulo. Roma vencedora impone el pago de 3200 talentos y la evacuación de Sicilia, que pasa a manos de Roma. Los cartagineses fueron conscientes de dejar el área de Sicilia donde desde hacia siglos había estado presentes.

Entraba así en posesión de un consistente territorio en Sicilia occidental y centro meridional. Roma se debía enfrentar al problema de cómo administrarlo. Se trataba de su primera conquista fuera de Italia, el territorio era demasiado distinto del centro del poder para pensar en organizarlo adoptando los mismos sistemas seguidos en la Península.

227 – Fue así como la ex Sicilia púnica, se convierte en la primera provincia del imperio romano, para regirla fue enviado un gobernador en calidad de pretor.

Mientras en el occidente de la isla se daban los primeros pasos, en Oriente prosperaba el reino de Hieron II de la cual formaba parte Siracusa y ciudades menores como Acre, Leontini, Megara, Eloro, Neto y Tauromenio. Manteniéndose siempre leal sobre Roma hasta el fin de su vida en el 216 a.C. Regularmente Siracusa añadía la décima en grano como forma de tasación de Hieron II.

La muerte de Hieron II significó el fin del bienestar siracusano, la elección de su heredero Jerónimo de abandonar en el 214 a. C. la alianza con los romanos en un momento en que éstos últimos estaban en dificultad tras la derrota de los romanos por parte de Aníbal en el 216 a.C., conduce de hecho directamente, en el 211 a la conquista y saqueo de Siracusa por parte del cónsul Marco Claudio Marcelo. Esto hizo que Sicilia por primera vez en su historia fuese gobernada por una única potencia.

210- Gobierno del cónsul Valerio Levino, enviado en el 210 desde Roma a Sicilia, donde permanecerá como procónsul también en el 209 y en el 208. Levino mostrando una notable capacidad de comprensión de las situaciones locales, seguirá con la tasación de la décima, que bien experimentada fue con Hieron II. Ésta décima venía a garantizar a la ciudad de Roma un regular aprovisionamiento de grano.

Poco más de 60 después de Levino, una sacudida a la situación de Sicilia viene por la conquista y la destrucción romana de Cartago en el 146 a.C. y la consiguiente formación en el área de la actual Túnez, de la provincia de África. Sicilia, colocada bajo la ruta de Italia a África, fue inserta en el circuito económico y activo de la nueva situación africana.

135 al 132 – Revuelta de Esclavos. Provocada según las fuentes antiguas por el maltrato a la mano de obra servil, una excesiva presión realizada por los latifundistas romanos e itálicos, y otros sicilianos, bajo el sistema de producción basado en el trabajo de los esclavos. La revuelta creó cierto problema en el aprovisionamiento granaria de Roma.

104 -100 – Segunda revuelta de esclavos.

73-71- Gobernador Verre. Malversación y robo. Prototipo de mal gobernador.

El rol de Sicilia que era el de la provincia proveedora de grano de Roma, a esto último señalado en Sicilia, comenzó a tambalear con la secesión en la obra de Sexto Pompeyo (en lucha con los herederos de César), que blocó el envío de la décima de alimentación desde el 43 -36, año en que fue vencido por Octaviano.

El golpe definitivo, fue dada por la llegada a Roma, tras la derrota de Antonio y Cleopatra en el 31 a. C. en Actium, del grano proveniente de Egipto.

Por tanto el 30 a.C.se ha indicado como la fecha final del periodo que iniciado en el 210, había visto Sicilia como provincia proveedora de grano por excelencia.

A nivel administrativo el final de esta época fue señalada por la abolición en la isla, realizada por Augusto, del sistema fiscal de la décima y de su sustitución por el pago de un tributo según el criterio adoptado en otras provincias.

Publicado por Fran Ormad (Chiwaka)

Época Imperial

La época que va desde Augusto hasta Diocleciano, se ve Sicilia, libre del vínculo de la unicultura granaria y de la obligación del pago de la décima, sale de las condiciones de perificidad con comparación a Roma y vive de lleno su rol de provincia.

Dos posturas:

Según algunos estudiosos, aún en el juicio del paradigma de la historia política o local, habría sido el origen para la isla de un periodo de decadencia y de aislamiento respecto a los dos últimos siglos de a.C.

Contra esto hablan las fuentes arqueológicas, las cuales presentan una Sicilia, de lleno inserta en el tejido del imperio, sin particulares diferencias, en cuanto a formas de vida urbana, respecto a grandes provincias como Asia o África.

Desde el punto de vista administrativo los eventos más importantes de la edad imperial para Sicilia están representados en la decisión de Octavio, que en el 36 a.C. después de derrotar a Pompeyo, establece Tauromenio como sede de colonia. Y ya como Augusto en el 22 a.C. hace lo mismo estableciendo grupos de veteranos, para Siracusa, Catania, Tindari e Termini. Tales decisiones colocaron la ciudad en una posición privilegiada, pero sobre todo es la primera muestra al establecer cuerpo cívico de veteranos de origen itálico, de difusión del latí en Sicilia, iniciando el proceso que acabara venciendo el latín sobre el griego.

Vespasiano, estará en la misma línea de Augusto, que distribuirá por el territorio entre Palermo a Segesta a veteranos y libertos imperiales. A los severos se debe con mucha posibilidad la elevación a rango de colonia a las ciudades de Lilibeo y Palermo.

Sicilia conoce un nuevo impulso durante la edad imperial, que interesó especialmente a las ciudades costeras. La base de este impulso está en la liberación del pago de la décima. Esta situación permite diferenciar su producción agrícola dejando espacios para la cultura del olivo y la vid, y sobre todo realzar sus contactos comerciales con otras regiones del Mediterráneo y en particular con el norte de África.

Durante la edad Imperial el grano continuó siendo cultivado en Sicilia y seguirá siendo enviado a Roma en tiempos de necesidad, pero la extensión de tierra dedicada a su producción se redujo.

Respecto a la edad republicana, durante el imperio parece haber cambiado el régimen de la propiedad con un significativo crecimiento del número de grandes propietarios entre los cuales primaba el emperador y los senadores. Esto se produjo en el territorio de interior.

En las ciudades costeras siguió dominando la pequeña y media propiedad. Las rutas comerciales favorecieron los contactos entre Sicilia y el norte de África.

Un gran cambio en la situación de Sicilia fue introducida de la reforma administrativa de Diocleciano a finales del III d.C. El emperador divide la península en dos áreas: La Italia annonaria (en el norte), que gravita sobre Milán. Y la Italia suburbicaria (al sur), que gravita sobre Roma.

Sicilia inserta en la Italia suburbicaria, esto favoreció para consolidar sus vínculos con la península. Esto no significó la interrupción de los intercambios y contactos de Sicilia con el norte de África las regiones del Mediterráneo oriental. Esto trajo tras siglos de “autonomía” provincial bajo el imperio, era ahora claramente italiana.

En el territorio de la isla muchos fueron los efectos de esta nueva condición. Al otro lado de ciertas intervenciones públicas (como postas de correos en el area interna), más significativa es la aparición de grandes propietarios, pertenecientes al orden senatorio, que en el curso del IV en sus tierras edificaran villas lujosas como la de PIAZZA ARMERINA, caracterizada por refinada arquitectura y una espléndida pavimentación en mosaicos.

En los primeros decenios del IV se retornará en sustancia para la isla una situación muy similar a aquella del momento en que había sido reducida a provincia. En los 500 años transcurridos de dominio romano en Sicilia, partiendo de una condición de fragmentación étnica (Sículos, Sicanos, griegos, elimis) se había llegado a una entidad unitaria que atravesó los siglos y las dominaciones.

Publicado por Dani.

Animación mosaicos de la villa


Publicado por Fran Ormad (Chiwaka)

Dominación sarracena

827 Sarracenos del Norte de África comienzan la invasión de Sicilia

Sólo unos años después de la muerte de Mahoma en 632, las consecuencias militares de la subida de Islam comenzaron a surgir. En la Europa de aquel momento se conocía a los sarracenos como los seguidores del Islam, se hicieron con las fortalezas del Imperio Romano de Oriente sobre el 634. En 643 controlaban Siria y la mayor parte de Egipto. Hacia el final del siglo las conquistas aumentaron incluyendo Persia y Armenia por el este y por el oeste todo el Norte de África. Incluso Constantinopla, la capital de Imperio Romano de Oriente, fue sitiada por fuerzas Sarracenas en 673-7 y de nuevo en 717-8, aunque los ataques fueron rechazados.

Desde el Norte de África los Sarracenos irrumpen Europa conquistando casi la totalidad de la Península Ibérica Iberia, donde el régimen romano había sido sustituido por una serie de pueblos: vándalos, suevos, alanos y finalmente los visigodos. En 718 las fuerzas sarracenas atravesaron los Pirineos, para llegar a la Francia actual, pero su avance fue parado gracias a la intervención de Carlos Martel y los francos en la batalla de Poitiers en 732, una de las batallas más influyente en la Historia europea sin duda.

Sicilia era todavía una posesión de Imperio Romano de Oriente, pero al ser un lugar elemental estratégicamente hablando como cruce de caminos entre África, Asia y Europa, no era de esperar que las aspiraciones de expansión de los sarracenos no pusieran sus miras en esta isla del Mediterráneo central. Los ataques sarracenos empezaron tímidamente sobre el año 655, con una incursión desde Damasco. Más tarde, Siracusa fue atacado por sarracenos provenientes de Alejandría. En 827, los sarracenos del Norte de África comenzaron una invasión decidida de la isla. Durante los dos años que se sucedieron, Agrigento y varias ciudades más pequeñas, sucumbieron a la invasión sarracena; resistieron ciudades como Siracusa y Enna.

De hecho, la caída de la Sicilia dominada por el Imperio Romano de Oriente no vino de Asia o África, sino de la propia Europa.

831 Palermo capturado por invasores sarracenos de la Península Ibérica

La expansión del mundo musulmán después de la muerte de Mahoma expuso a Sicilia primero a incursiones Sarracenas y luego a la invasión. La primera invasión, por Sarracenos del Norte de África comienza en 827, después del éxito inicial en Agrigento, se ve frenada un poco en la costa vecina.

Fue entonces en 831 cuando una fuerza sarracena mucho más contundente llegó desde Europa, donde los sarracenos ya habían invadido la Península Ibérica. Los invasores provenientes de Iberia, capturaron Palermo en 831, no fue algo muy beneficioso por la constante resistencia de los sicilianos y las fuerzas imperiales de Oriente. Messina cayó en 843 y Enna en 859, mientras Siracusa y Taormina rechazaron sucesivos ataques. Finalmente, la poderosa Siracusa fue capturada en 877.

En un período de 50 años los Sarracenos habían capturado toda Sicilia excepto unas fortalezas dispersadas a lo largo de la costa oriental, como Taormina y Rametta. Sorprendentemente, al final de la conquista le quedan todavía 90 años para completarse, debido a la guerra interna entre los sarracenos y por la defensa feroz de los sicilianos.

965 Sarracenos Completan Conquista de Sicilia

LLegados al 877 todas las ciudades principales de Sicilia habían caído. El gran ataque en pinza de las fuerzas sarracenas que comenzará en 827 con la invasión de la costa sur, por los sarracenos del Norte de África y que fueron seguidas en 831 con la invasión del noreste por los sarracenos procedentes de la Península Ibérica.

La resistencia aguantó en varios enclaves, sobre todo en la costa oriental, como en Taormina y Rametta. La victoria final en Sicilia transcurrió en un período de guerra civil, Siracusa estalló en repetidas rebeliones, y los sarracenos estaban ocupados con campañas militares contra las fuerzas del Imperio Romano Oriental. Finalmente la conquista Sarracena fue completada con la caída de Taormina en 963 y Rametta en 965.

La victoria no trajo la posesión pacífica. En 1038 Imperio Romano Oriental lanzó un contraataque bajo el mando de Maníacos, su general más importante de la época. Ayudado por la discordia entre los sarracenos y reforzado por el amplio apoyo entre sicilianos, las fuerzas del Imperio, primero capturaron Messina, después Siracusa.

El mayor enemigo de los maníacos, sin embargo, no estaba en Sicilia, estba en su propia capital, Constantinopla. La intriga en el tribunal Bizantino condujo a la retirada de Maníacos en 1042, y fue substituido por el cuñado del emperador Bizantino. La guerra volvió de manera inevitable, y el ejército Bizantino fue hecho retroceder a través de la isla. Sólo Messina eludió la réplica Sarracena.

Publicado por Carmen Martín

Sociedad en la Sicilia Tardoantigua




Estamos ante una sociedad de transición, cuyo mejor rasgo definitorio es el de complejidad. Son complejas las relaciones entre unos elementos y otros en el marco de una lucha ideológica entre lo viejo y lo nuevo, que se materializó mediante la oposición abierta entre los diversos grupos de poder político (grupo dirigente, Ejército e incluso algunos obispos) y el poder económico, representado por Estado, Iglesia y potentes. Estos enfrentamientos beneficiaron generalmente a los grandes propietarios y perjudicaron a los pobres, y especialmente al Estado.


Polarización social

La documentación de la época a penas refiere lo que hoy llamaríamos grupos sociales intermedios; sólo encontramos potentes y humiliores. Es evidente que la estratificación social fue mayor, pero debemos interpretar esto como una señal evidente de la polarización de la sociedad bajoimperial. En el Bajo Imperio Romano, ricos y pobres, en cuanto que categorías socioeconómicas, adquirieron plena significación, desde una perspectiva legal e incluso moral.

Los potentes no deben identificarse con los honestiores (que se definen por su honor, dignitas y su auctoritas, pero no por su riqueza). Los potentes deben su condición al poder económico que ostentan. Usaron con frecuencia su poder para oponerse a las exigencias de la administración romana, bien en provecho propio, bien en calidad de patronos, protegiendo a un humilior. Concentraron en sus manos tanto el poder económico como el político, si bien a niveles solamente regionales o locales.

Con respecto a los humiliores, observamos empobrecimiento general en la ciudad y el campo, merma de libertad de las masas por ataduras económicas, sociales y políticas. La esclavitud había perdido su significado como institución, debido a que también lo hizo el trabajo libre. Sin embargo, las leyes fueron equiparando a libres y esclavos, hasta el punto de que la diferencia dejó de existir de hecho.

Diocleciano provocó la vinculación formal del colono a la tierra por la exigencia de la capitatio, que necesitaba estabilidad en las unidades de explotación para su recaudación. Constantino, en 332 d.C., decretó la adscripción, y en 371 el colono pasó a ser usufructuario perpetuo de la tierra, a cuyo cultivo quedaron obligados por ley sus descendientes.

Con los cambios operados en la organización del trabajo agrícola y el modo de explotación del suelo los colonos arrendatarios se convirtieron en campesinos dependientes de la tierra, primero, y del propietario de la misma, después. Los colonos se convirtieron en possesores de la tierra, pero debido a la presión fiscal del Estado, el patrocinio (patronus y colonos) se generalizó. Los campesinos, buscando protección militar y la evasión de impuestos, entraban en dependencia con un Dominus fundi o patronus, de forma que estos últimos, potentes, ganaron fuerza para escapar al control del gobierno romano.

Los colonos, al dejar de ser propietarios, estaban exentos de pagar impuestos; esta responsabilidad recaía en el patronus. Sin embargo, él se encargaba de igualar la situación al aumentar la renta exigida para compensar. Caían en esta situación de dependencia (evidentemente desequilibrada) pequeños propietarios asfixiados por el fisco o presionados por la inseguridad fronteriza, pero también grupos urbanos sin trabajo. La extensión del patrocinio fue un duro golpe para el Imperio por la merma de tributos. Se elevó la presión fiscal allí donde no se practicaba el patrocinio, potenciando aun más el fenómeno.

Los potentes, en el s. III, ya se habían configurado como un nuevo poder, que escaparía cada vez más al control imperial. Ideológicamente, practicaban una moral de distancia social frente al resto, inferior. Y se hacía hincapié en ello constantemente; la ropa era claramente lujosa, de telas caras con emblemas y brocados de todo tipo, frente a la imagen clásica del noble, que expresaba su condición con una toga simple, austera. A este vestuario acompañaba un rígido código de comportamiento, que reforzaba esa imagen de lejanía a los ojos del resto.


Las villae

La mayor diferencia entre la villa altoimperial y la villa bajoimperial es que ésta ejerce de residencia permanente del propietario, su familia y el personal vinculado a la explotación de los terrenos circundantes. Supone el cambio de residencia de los potentes de la ciudad a las villae rurales. Así ocurre también con los colonos. Frente a los antiguos ciudadanos libres que trabajaban el campo pero vivían en la ciudad, ahora tenemos a colonos no propietarios que viven en el ámbito rural, alejados del control imperial. Como consecuencia, el domus se amplía con todos los elementos del otium característico de la vida urbana: biblioteca, termas, jardines, etc. Esta transformación fue progresiva y no uniforme. En general, se operó antes en las provincias occidentales. Los mercados comenzaron a surgir de forma importante cerca de las villae, convirtiéndose en centros económicos. Ausonio definió la villa como “urbs in rure”.

Sin embargo, no parece que en las villae se hayan instalado talleres de producción cerámica, lo que nos indica que pese a ser centros prácticamente autárquicos, aún era necesario un cierto comercio local o comarcal. Con respecto a la ciudad, si ésta no perdió todo su protagonismo político y administrativo hasta desaparecer, fue porque aun ejercía la función de sede eclesiástica. La Iglesia ocupó de facto el poder local de la ciudad.

Desde mediados del s. V las viejas formas dejaron de ser un freno para el desarrollo de las nuevas. Estos cambios, sobre todo en Occidente, propiciaron el paso hacia nuevas formas de poder, basadas en espacios políticos y económicos más reducidos: la villa, la aldea, la ciudad, la comunidad. Se formaron así las nuevas aristocracias de un Occidente que empezaba a configurarse ya a fines del s.V o comienzos del VI como Europa. Pero el cambio de los elementos socioeconómicos anteriores, el paso a un nuevo modelo de sociedad, se había dado ya en el Occidente tardorromano al configurarse nuevas relaciones de producción, no sólo en torno a elementos económicos, sino también a vínculos personales, extraeconómicos, que interfirieron las relaciones sociales entre los grupos de poder y los simples contribuyentes.


BIBLIOGRAFÍA

- GÉZA ALFÖLDY (1987), Historia social de Roma. Madrid Alianza
- GONZALO BRAVO (coordinador) (2001), Claves económicas y sociales de la transición al Medievo en Occidente, en Gonzalo Bravo (coord.): La caída del Imperio Romano y la génesis de Europa : cinco nuevas visiones, Madrid, Editorial Complutense, 159-207
- BROWN, P (1993), La antigüedad tardía”, en Ariès, P. y Duby, G. (dirs.): Historia de la vida privada, vol. 1, Barcelona, 229-303